viernes, 22 de octubre de 2010

La desilusión tiene un nombre... LA REINA ZÍNGARA

Cada vez que nos planteamos salir a cenar a algún sitio, normalmente vamos buscando algo diferente, no siempre tiene que ser ni el mejor, ni el más caro, ni el más bonito, simplemente que tenga algo que le de un toque especial.
Habíamos oído hablar de la Reina Zíngara, así que miramos por encima su página web y nos llamó la atención sus peculiaridades de espectáculo en vivo, la decoración, lectura de mano, carta astral, juegos místicos, y por supuesto su carta.
En su página web anuncian (copio y pego para que sea literal):


Entretenimientos
De martes a jueves tenenmos un
especialsta en hacer la carta
astral. Y además todos los días
una zíngara que lee la mano!!
Ven a disfrutar de todo lo que te
ofrecemos!!

Totalmente GRATUITO para nuestros clientes.

En consecuencia, en vez de ir a cenar un viernes o un sábado como tenemos costumbre cuando salimos, lo hicimos en jueves (a pesar de que hay que madrugar al día siguiente) simplemente por poder acceder a estas "particularidades" que ofrece el restaurante, así que hicimos nuestra reserva.

Llegamos al restaurante, la verdad es que nos encantó la decoración, y nos subieron a la planta de arriba, dónde se encontraba nuestra mesa ya preparada.

El camarero que nos atendió bastante arisco y poco profesional, pero bueno, no le dimos demasiada importancia.
Después vino otro, y dicho sea de paso, tampoco no es que fuera unas castañuelas, pero mucho más agradable que el anterior. Nos estaba gustando mucho la comida, el ambiente, el espectáculo que amenizaba la velada, con un chico que cantaba muy bien y muy agradable. Como todo iba estupendamente, nos interesamos por el menú de navidad para reservar allí para nuestra cena navideña de amigas. Bromeamos un poco sobre eso con el camarero, quedamos en que después nos los enseñaría, y seguimos cenando.

Nos pasamos pidiendo comida, acabamos atiborradas, así que a la hora de los postres no entraban, pero como queríamos participar en los juegos místicos, decidimos pedir al menos tres, éramos seis, pues un postre para cada dos. El camarero nos trajo una carta con los postres, elegimos y al momento vino una chica y nos dio tres bolsitas con los supuestos juegos místicos y se fue. Cómo faltaban dos compañeras que habían bajado a fumar, esperamos y no los abrimos. En la mesa te ponen un "mantelito" de estos típicos de papel dónde te hablaban del restaurante, y a la derecha volvía a poner ENTRETENIMIENTOS y lo mismo que se cita más arriba, así que cuando llegó la chica le dijimos, mira perdona, una pregunta, es que estamos leyendo esto y aquí pone que la lectura de mano y la carta astral es gratuita para todos los clientes, y nos dice, si, pero es que los juegos místicos van vinculados a los postres, y le decimos con muy buenas palabras y siempre sonriendo (ya que tampoco es que creamos en esas cosas, pero esa noche esos supuestos juegos formaban parte de la diversión:) Ya, pero perdona, es que aquí dice que es gratis para todos los clientes estas dos cosas, luego entiendemos que el resto de juegos místicos como lectura de runas, jarrón de los deseos o máquina de no se qué, sí que son los que están vinculados a los postres, las otras dos opciones no.

La chica dice, un momento, y se va. Vuelve con un pergamino en el cual se explicaban unas normas de que los juegos estaban vinculados a los postres, y ya empieza a ponerse un poco impertinente, y para colmo nos dice que además es lo normal, porque cada vez que se va a un restaurante a cenar hay que pedir un postre (será en su tierra, aquí afortunadamente no nos obligan). Así que le dijimos, mira este pergamino ya no nos sirve de nada, puesto que no nos lo han enseñado antes, y nos da un poco igual si nos leen la mano o no, sólo te estábamos haciendo una pregunta, pero no nos digas que lo juegos son gratis puesto que no es cierto, y nos dice, si, claro que sí son gratis, y le contestamos, no, no lo son, el juego cuesta 6,90 euros, porque nos estás obligando a consumir un postre, y no es cuestión de dinero, es que ahora mismo no nos entra más comida, si lo llegamos a saber, hubiéramos pedido menos comida y luego el postre para las seis. Ella seguía insistiendo en que eran gratis, y le volvimos a decir, que no, que gratis serían si después del dineral que nos estábamos dejando allí, nos leyeran la mano, pero si nos obligaban a consumir el postre, no era gratis.

Y la chica va y nos dice tan fresca, vaya, por una palabra de nada, me estáis estresando, me estáis agotando mi energía y se va en busca de su jefe.
Vino el camarero algo seco, y nos dijo, vamos a ver que se puede hacer, de momento las tres que tienen los juegos, que bajen ya. A lo que respondimos, Sí, a la voz de ¡Ar!, no? todo esto riendo, nosotras claro, él no, porque no teníamos ganas de malos rollos.
La zíngara también metiendo prisa porque aquello tenía una hora y en ese momento estaba ella y el de la carta astral desocupados.

Nos sentamos en unos taburetes en la barra y el camarero sin mediar más palabras nos dice en un tono rudo, no digáis ni una palabra más sobre esto, que yo voy a ver si lo arreglo. Se nos quedó cara de tontas cuando ni tan siquiera le íbamos a hablar sobre el tema, hablábamos con el chico que había cantado antes. Lo vemos "negociar" y hablar con otro camarero, y otro le empieza a decir, a ver, dales un juego de runas, otro de carta astral... o sea, que el azar no tiene nada que ver en estas cosas. Aunque todo esto sea mentira, pero ya que lo haces en tú negocio como un entretenimiento más y un aliciente para hacer el restaurante diferente y atraer gente, se hace bien, vamos, digo yo.
Al final la zíngara "cuela" a una pareja y una familia de 5 personas y nos deja esperando, con la prisa que tenía...

El camarero sube arriba, les da las tres bolsitas, que no pasa nada y ala, que esperen.
Sube la zíngara, y dice con toda su cara que su compañero nos ha informado perfectamente sobre el tema de los postres, y que es más, que nos había enseñado y explicado el pergamino previo a los postres dónde se explicaba todo, ahí ya se caldearon los ánimos, y le dijimos que no le consentíamos que nos llamara mentirosas.

La zíngara que se va y vuelve el camarero, se le cuenta lo ocurrido con la chica y nos dice que él no ha hablado nada de eso con ella. A nosotras nos importaba poco, si la mentirosa era la zíngara o era el camarero, a saber lo que habrían hablado entre ellos, pero el caso es que jamás hemos recibido un trato como ayer en ningún sitio, ni en un triste bar de barrio, y mucho menos nos han llamado mentirosas y menos en público. El camarero que ofrece una copa y que bajen las que quedan a los juegos, le dijimos que nos habían dado la cena literalmente sin comerlo ni beberlo, cuando habíamos salido a divertirnos simplemente y más aun sin ser personas problemáticas ni nada.
Que no queríamos ni los juegos, ni las copas y que nos diera la cuenta que al otro día había que madrugar.

Mientras, abajo, le preguntan al camarero si había pasado algo, y el camarero responde poco discreto y poco profesional, nada, alguna movidilla como pasa a veces, pero ya está todo arreglado.

Ni mis amigas ni yo solemos ser muy "tikismikis", no somos en absoluto sibaritas, ni muy exigentes, no solemos darle mucha importancia a ciertos detalles , pero eso no significa que seamos ni ciegas ni tontas, y para repetir o recomendar un sitio no nos guiamos únicamente por si ha sido caro o barato, en todo momento sabemos dónde estamos y dónde vamos, así que tenemos muy claro cuando se corresponden calidad/precio, y lo mismo nos adaptamos a tapas por 1 euro, que a un solomillo de 25, ahora, eso sí, queremos por lo menos, el servicio que estamos pagando; ni al del euro le vamos a exigir el oro y el moro, porque sabemos a dónde y a qué hemos ido, ni nos vamos a ir contentas si el solomillo de 25 está duro como una piedra.

Pero hoy en particular, yo voy a hacer una excepción, porque fue tan decepcionante el trato ayer recibido, que sí que voy a enumerar todas las cosas que ayer vi, que hacen que este restaurante pierda absolutamente toda su categoría, que por otra parte, tengo que decir que con la comida tendría ganada, pero no vuelves sólo a un sitio por su buena cocina, también lo haces por el trato recibido, el servicio, la amabilidad o simpatía del personal, limpieza, etc.

La primera fue en la frente, llegó el camarero y nos dijo, saben ya lo que van a pedir? Le dijimos, casi... no nos dio tiempo a terminar la frase, mientras se daba la media vuelta farfulló: pues cuando lo tengan todo claro vuelvo. No nos tomó nota de la bebida, que digo yo que podría haberla ido adelantando.

Al fondo se veía la cocina, tapada por una cortina que a veces se quedaba abierta, y allí vimos sobre la encimera una jarra de sangría que estaban preparando, así que dijimos: Ummm, hay sangría, pedimos una jarra? Con la cortina aun abierta pudimos observar cómo alguien del personal probaba la sangría con una cuchara, y a continuación le daba a probar a otra persona más, no sé cuantos la probaron al final, allí había unas cuatro personas, pero la cucharilla entraba y salía de la jarra después de "chuparla" al menos dos personas, como ya he dicho que no somos muy exigentes, nos reímos y dijimos, vaya, se ve que aun no le tienen pillado el truquillo a la sangría, ya podían tener las .medidas cogidas, y aun viendo aquello, pedimos una jarra de sangría.

Tardaron una eternidad en servirnos las bebidas, y el camarero continuó con su trato "seco".
Pedimos más pan, otra eternidad en servirlo y lo mismo con una botella de agua.

Ah, y por cierto, son detalles tontos, pero como ya he dicho, después del trato no voy a dejar de pasar ni uno. Pedimos una jarra de sangría, una cerveza y una coca cola zero, nos dijo que zero no, que light, y asentimos. Cuando al rato trajeron las bebidas era una coca cola normal, de tres bebidas, acertó dos. Cuando pedimos la botella de agua le dijimos que fuera grande, y al rato trajo una pequeña, así que de una no se enteró de ninguna. Poca memoria para un camarero, no?

Llegaron todos los platos, incluida la ternera que habíamos pedido más que en su punto, dijimos "hecha". Al partirla por la mitad, estaba completamente cruda, incluso fría, no le había dado tiempo a calentarse por dentro. Se la llevaron, y cuando volvieron a traerla, esa especie de salsita que anteriormente tenía por encima ya se había perdido y no se la habían vuelto a poner, aun así por el centro estaba algo cruda, pero ya no dijimos nada más, apartamos lo sangriento y a comer (vuelvo a insistir, no somos nada exigentes).

No cuidan el detalle, hasta los papelitos de los juegos místicos eran cutres como ellos solos, estaban escritos a mano, sobre trozos de papel, bien de una propaganda, en un cartón, y ni tan siquiera con unas tijeras, a lo bruto; está claro que no entienden nada de marketing, y mucho menos de habilidades sociales.

En definitiva, creo que este restaurante pierde absolutamente todo su encanto debido a la poca profesionalidad del personal, y sobre todo, no sé yo que "puesto" tendrá la supuesta zíngara italiana, pero debe de tener mucho enchufe, si no, no entiendo como puede permitirse ser tan desagradable y mal educada con la clientela del lugar. El susodicho camarero, pues debe ser algún familiar de mucha confianza, porque tampoco entiendo que lo tengan ahí cuando no tiene ni don de gentes, ni saber estar, ni idea de atención al público, y mucho menos de marketing.

Cuando en un caso de estos si se ve que hay un mal entendido por parte del restaurante, o algún tipo de error, no se lía tanto, simplemente se piden disculpas, se subsana rápido y todos tan contentos, con lo cual el cliente vuelve a repetir y la publicidad del boca a boca funciona perfectamente. Una pena no poder recomendar este sitio a nadie; si en algún momento cambian a algunos camareros y a la "zíngara", no tendremos ningún inconveniente en volver a ir, es más, lo recomendaremos. Hoy en nuestros respectivos trabajos estaban esperando que comentáramos nuestra experiencia, la mala suerte para este restaurante es que casi todas somos funcionarias, en distintos sectores del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía, alguna hasta sindicalista, así que hoy la comidilla de todos en general ha sido el mal servicio del restaurante. Evidentemente pasaremos este enlace entre nuestros compañeros y que vaya de mail en mail. Mañana cuando nos veamos de nuevo, nos plantearemos si vamos a presentar una hoja de reclamaciones o no, anoche decidimos que después de llamarnos mentirosas, y del trato recibido, era algo que debíamos considerar fuera del local y tranquilamente.
Por supuesto, lo de la cena de Navidad, ni se nos pasa por la cabeza.

 
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